el vapor que inunda la habitación,
el agua hirviendo envolviendo tu piel,
agua que te pone los pelos de punta de lo caliente que está,
tanto que hasta pica.
Siente,
la música retumbando en las paredes húmedas,
que se mete en tí a través de todos tus agujeros,
resonando dentro,
en tus venas.
Siente como te recorre,
como te acarician sus partituras,
como arañan el corazón,
y a la vez como lo curan.
Siente tus manos,
arrugadas del agua,
suaves, vivas y bailarinas,
que se mueven al ritmo de la música,
creando una obra,
reflejando tu sentir.
Siente, siente, siente.
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