Siento en mi corazón
que una etapa debo soltar.
Parar de abrir la herida
una,
y otra, y otra vez más.
Abriendo
y hurgando en ella,
jamás
se cerrará,
jamás
veré la cicatriz
de
lo que fue
y
ya nunca más será.
Cerrar
la herida duele,
la
nostalgia me quiere atrapar,
el
dolor de no oler tu cuello,
de
tu mirada no penetrar.
Dejarte
ir es amor,
dejarme
ir será paz.
Aunque
ahora huela a tormenta,
Y
los recuerdos me vengan a visitar;
Si
no me bajo del barco,
seré
yo la que se perderá.
Cuando
escampe,
y
el mar tranquilo,
por
fin me vuelva a abrazar,
sabré
que es lo correcto,
que
el barco debía zarpar.
Aferrarme
a él no funciona,
ya
tiene otro capitán;
yo
escondida en las sombras
no
me permito ese lugar.
Saltar
a la deriva asusta.
El
vértigo palpita ya.
La
soledad me ahoga.
Pero,
cuando
dejo de luchar...
Me
rindo al mar
y
comprendo,
que
el salvavidas
que
tanto ansío encontrar...
Vuelve
a ser mi mano,
Una,
y otra, y otra vez más.
-M.
24 de enero
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