Te destrenzo,
dejando que lo que un día fue
se vaya,
salvaje,
libre,
lejos.
Algunos pelos se pierden,
se me enredan en los dedos,
también los dejo ir.
Mi pelo respira,
le estaba afixiando.
Lo acaricio,
lo mimo,
lo lavo,
lo peino
y no lo ato.
En el agua que corre
mojando mis pies
tú te escurres
con esos exiliados
y por fin me dejas.
El pelo,
absorbe la energía,
la guarda,
la transforma,
en cada centímetro
que aumenta su longitud,
en cada punta que cortas,
cambio,
que te acompaña en tu crecimiento.
Las trenzas son un ritual;
de ternura mientras te las hacen,
de transformación,
de aprendizaje,
de infancia,
de momentos que se quedan en ellas
haciendo de mechón invisible,
pero sentido.
Hoy te destrenzo,
y me trenzo de nuevo,
llena de amor en mis manos,
llena de comienzos
y mechones invisibles
que no hacen daño.
13 de Marzo
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