viernes, 25 de marzo de 2022

Demasiado en serio

 A veces me tomo la vida demasiado en serio.

En Soria, en Siria y en Jaén,

la vida pasa contigo de rehén

la perspectiva cambia según cómo  la ves,

oscuridad completa o

euforia sin desdén.


Piloto de esta mente loca

que a veces toca

lo que no quiero tocar.

El fondo de mi alma 

donde no alcanzo a respirar.

 

Rebota y sube 

y no hay alas 

que mantengan el ritmo de su vuelo,

supongo que son las consecuencias 

de vivir en los sueños.

Soñando a lo grande,

no entiende la sociedad

los ojos de un infante.


Y si aunque crezcas 

mantienes tu inocente y pura 

mirada infantil,

te das cuenta de los miedos

que a veces despierta sentir.


Sociedad que te hace crecer alcanzando ideales,

perdiendo tu esencia,

alejándote de tus retales.

Alejada de tu centro,

alejada de ti

una niña perdida

con miedo a vivir.


Con miedo a salir y no ser aceptada,

no ser la llave de una cerradura forzada.

No saber abrir puertas ni llegar a un fin,

ser banal e inútil en lo que debo cumplir.


Me aíslo y abrazo

intentando entender

porque todo gira 

mientras sigo de pie.


Te juro que intento

encajar y girar,

pero me siento atascada 

sin poder reparar.


Anclajes oxidados por el miedo mental

cuando tu mente te bloquea 

es imposible avanzar.


Los mayores obstáculos

son los que te pones tú,

creados a medida de tus miedos

te impiden poder ver la luz.


Inmóvil en la mirada de una perspectiva oscura,

la niña es mi faro y mi cadena de luna.

Quizá
es verdad que me tomo la vida demasiado en serio,

Al fin y al cabo estamos de paso

Y nadie es eterno.



25 de marzo

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