viernes, 21 de junio de 2024

Suerte ser maestra.

 Hoy, a escasas horas de la oposición,

entre la marea de nervios,

la ansiedad y las dudas...

He sentido un profundo agradecimiento

por tener la suerte de trabajar

y estar rodeada de niños.


A veces el ritmo acelerado de la educación

me hace olvidar que estoy cumpliendo mi sueño,

ser maestra. Y no lo agradezco lo suficiente.


Pero cuando el ritmo para,

y simplemente te paras a ser tú 

con esos niños,

mostrándote vulnerable, niña, real...

Entonces sientes esa conexión,

de igual a igual,

esa comprensión  y reflejo que te susurra:

"tú y yo somos iguales, solo que tú eres más grande".


Tenerles cerca me hace mantener a mi niña viva,

conectar con ella y recordar,

lo que los niños realmente necesitan.

Siempre lo supe, 

pero cada vez lo tengo más claro;

 enseñar es aprender dos veces.


Hoy esa niña de la foto ha conseguido 

darme un rato de paz en la tormenta,

ha calmado a mi niña miedosa 

que estaba escondida en un rincón,

le ha acariciado la cara

y he sentido un

"No te preocupes, todo saldrá bien".


Y he recordado un sueño

en el que mi niña interna

 se sentaba en mi regazo,

y me tocaba la cara 

secándome las lágrimas.

Recordándome, sin palabras,

que siempre, pase lo que pase,

me voy a tener a mi,

que  estoy conmigo

en este juego que es la vida.


Y que todo va a salir bien.


21 de junio 2024

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