En el ruido de mi silencio mental,
los monstruos cobran vida.
Despiertan,
habitan,
susurran,
caminan a sus anchas.
Asustan.
Ese no silencio
aviva el miedo,
aleja la paz que tanto busco,
y a veces hace que no me encuentre.
Es un silencio ruidoso,
donde hablan muchas voces
que no soy yo.
Se que soy más que ese ruido.
A veces caminando en el bosque,
metiendo los pies en un río,
abrazando un árbol...
De repente se hace el silencio.
Y los mounstruos se hacen pequeños,
se llenan de luz,
y no asustan.
Esos mounstruos
solo quieren ser vistos,
ser... Amados.
Porque nacieron
del rechazo, de la soledad, de la incomprensión.
Y solo con aceptación, compañía y entendimiento
se convertirán en amigos.
Compañeros de viaje
que me hacen ser quién soy.
Si yo no les quiero,
¿quién lo hará?
Si yo no los acepto,
¿cómo conseguiré aceptar
los mounstruos de los demás?
29 de junio 2024
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