jueves, 2 de mayo de 2024

El árbol

 Os voy a contar el cuento de un árbol.


Un árbol que vivía solo en una colina,

nadie se daba cuenta de la presencia del árbol.

Nadie se paraba a mirarlo,

a ver de qué tipo era.


El árbol ansiaba ser visto, querido, atendido.


Un día un leñador se fijó en él.

El árbol estaba dispuesto a darlo todo

por el leñador.

Sus ramas fueron cortadas,

estaba dispuesto a dar hasta su tronco,

porque por fin era querido.


Era querido por su madera,

piezas de su ser,

que efímeras,

se consumían en el fuego.


El árbol un día

fue consciente

 de que no solo tenía madera,

también tenía frutos,

daba sombra,

cobijo a los animales,

descanso a los pájaros,

oxígeno,

vida.


El árbol decidió

que no solo quería dar madera,

y  volvió su madera húmeda

para ser inservible al leñador.

Para que se marchara

y dejara de cortarle 

las ramas

que eran capaces de dar tanto.


El tiempo al lado del leñador,

que tanto le quería

para avivar su fuego y calentarse,

suponía menos ramas,

menos frutos,

menos sombra,

menos cobijo, descanso, oxígeno.


Suponía perderse poco a poco.


El árbol dejó ir al leñador,

el leñador buscó 

su madera en otro árbol.

Y el árbol supo ver

el valor de su vida,

simplemente,

por ser un árbol.


2 de mayo

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