Me duele el cuerpo.
Lo siento cansado
de luchar
contra
mi.
Siento como las contracturas
me mantienen rígida
y la ansiedad me devora
desde el estómago.
Me duele el cuerpo,
no me enseñaron
ni prepararon
para ser adulta.
Ser una adulta
productiva para el sistema
duele y cansa.
Las sombras me abrazan,
y en el intento
de bailar con ellas,
me tropiezo
y pierdo el rumbo.
Me duele el cuerpo
y me grito
un lema de guerra
en el que,
realmente,
no creo.
No quiero creer que la vida es esto.
Esta guerra contra mi,
este contrarreloj,
este cansancio
cargado de
culpa,
exigencias
y un
"no valgo".
Creo que la vida es más que esto,
y cada día estoy más cansada
de luchar.
19 de marzo
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