viernes, 8 de mayo de 2020

Kraków

Hoy Cracovia se sentía distinta.
Hace dos meses que no pisaba sus calles,
que no entraba en las iglesias,
veía atardeceres desde el río
o me sentaba en sus bancos.
Todo ha cambiado.
Gente con mascarillas,
hasta las estatuas las llevaban.
Echo de menos mirar sonrisas.
Una señora mayir me miró en el bus,
y sé que detrás de lo que cubría su boca,
se escondía una sonrisa.
Yo también sonreí,
con los ojos achinados,
y se bajó diciéndome adiós con la mano.
Hoy Cracovia se sentía distinta,
y aunque ya lo había hecho antes,
hoy ha tocado mi alma más fuerte que nunca,
a resonado su encanto en cada órgano de mi ser.
Y he sentido que de algún modo
jamás abandonaré está ciudad,
porque parte de mi permanecerá aquí
para siempre.
-Mery


No hay comentarios:

Publicar un comentario