Aceptamos el amor que creemos merecer,
y nos negamos el que nos parece demasiado,
o no digno.
Es más fácil conformarte con menos que con más,
porque tu cabeza te repite una y otra vez que no te lo mereces,
que él es demasiado.. especial,
que tú no eres suficiente.
Y lo haces difícil,
te autocreas dolor
y lo recibes
con tus receptores autosaboteadores impregnados de inseguridad y miedo.
Y pasa de ser algo mágico y bonito
a una espina clavada en tu corazón,
que vuelve todo negro,
que te ciega,
y te hace echar de menos como nunca.
Haciendo los recuerdos tristes y el futuro
simple, supérfluo, banal, sin sentido, sin ti.