miércoles, 27 de septiembre de 2017

Te amo.



Te amo,
te amo de una manera inexplicable,
de una forma inconfesable,
de un modo contradictorio.


Te amo
con mis estados de ánimo que son muchos,
y cambian de humor continuamente.
por lo que ya sabes,
el tiempo, la vida, la muerte.


Te amo…
con el mundo que no entiendo,
con la gente que no comprende,
con la ambivalencia de mi alma,
con la incoherencia de mis actos,
con la fatalidad del destino,
con la conspiración del deseo,
con la ambigüedad de los hechos.


Aún cuando te digo que no te amo, te amo,
hasta cuando te engaño, no te engaño,
en el fondo, llevo a cabo un plan,
para amarte mejor.


Te amo…
sin reflexionar, inconscientemente,
irresponsablemente, espontáneamente,
involuntariamente, por instinto,
por impulso, irracionalmente.
En efecto no tengo argumentos lógicos,
ni siquiera improvisados
para fundamentar este amor que siento por ti,
que surgió misteriosamente de la nada,
que no ha resuelto mágicamente nada,
y que milagrosamente, de a poco, con poco y nada
ha mejorado lo peor de mí.


Te amo,
te amo con un cuerpo que no piensa,
con un corazón que no razona,
con una cabeza que no coordina.


Te amo
incomprensiblemente,
sin preguntarme por qué te amo,
sin importarme por qué te amo,
sin cuestionarme por qué te amo.


Te amo
sencillamente porque te amo,
yo mismo no sé por qué te amo.


Autor: Gianfranco Pagliaro


jueves, 7 de septiembre de 2017

Heidy.

Me hubiera gustado haberte tenido como compañera de vida, ha sido mi sueño desde pequeña. En lugar de tenerte a 330 km de mi, pero te quise de la mejor forma que pude en la distancia, y con los destinos que teníamos cada una.
Fueron muchas sonrisas las que me sacaste y también muchas lágrimas las que derramaba al decirte "hasta la próxima" diciendote adios pegada al cristal del coche.
Siempre he sabido que algún día al mirar a tu tejado alguien  me diría que ya no estás, y siempre me ha dado miedo pensar que la vez que te veía sería la última.
Recuerdo cual fue esa última vez, sentí que lo sería. Tú estabas ciega de un ojo, y a mi se me saltaron las lágrimas al verte tan vieja. Ambas hemos crecido, pero tu vida es más breve que la mía.. Aquel día pasó algo que algunos considerarían casualidad, pero yo llamo magia. Cuando lloraba, mientras te tocaba la pata, una lágrima salió de tu ojo y cayó en mi mano.
Siempre nos ha unido algo, y lo sabía cada persona que nos veía  juntas.
Quizá esas lágrimas fueron nuestro adiós.
He crecido contigo en mi corazón, y para mi siempre has sido magia.
Hoy me despido de ti.
Aunque no podré evitar mirar a tu tejado al pasar por la esquina de tu casa.
Te has ido pero para mi sigues en aquel tejado mirando a la luna, Heidy.